“Hoy es tan revolucionario o más recuperar una Traviata en condiciones que estrenar una obra de Stockhausen. La verdadera revolución que el teatro hoy propone al oyente joven es presentarle las obras maestras explicando su sentido en el mundo contemporáneo, tanto desde el punto de vista de la vocalidad como del de las direcciones orquestal y escénica. Nuestro esfuerzo debe estar encaminado no sólo a una normalización de la creación, sino a proponer obras de sobra conocidas, no para reproducir las emociones que ya experimentaron nuestros padres, sino para hacer vivir las emociones que hagan entender que en las óperas hay un lenguaje no sólo de ayer y de hoy, sino también del mañana”.